LOS MIEDOS Y LA TÉCNICAS DE DAVID JAMES POISSANT

David James Poissant es un escritor estadounidense que nació en Syracuse, Nueva York, en 1979. Lo entrevisté a través de algunos correos electrónicos para un artículo que publiqué el 8 de junio de este año en la sección Cultura de El Mercurio, a propósito de su libro de cuentos El cielo de los animales (Edhasa). 

Juan Rodríguez M.

En "El Hombre Lagarto", que abre la colección, un padre daña a su hijo cuando se entera de que es gay. Y 30 años después quiere recuperarlo en "El cielo de los animales", el relato que cierra. Entremedio hay historias como "La amputada", con un treintañero y divorciado visitador médico que vende poco y nada; "La geometría de la desesperación", sobre un matrimonio que quiere rehabilitarse tras la muerte de su guagua; "Cómo ayudar a tu marido a morir", un relato bien resumido en el título; o "Nudistas", sobre dos hermanos que encarnan eso de "odio quiero más que indiferencia". En un cuento leemos, a propósito de su protagonista: "¿Qué clase de persona ve un pájaro con el ala rota, un gato en el horizonte y sigue de largo?". Una descripción que vale para todo el volumen. Ese es el mundo de Poissant. Y estas son las preguntas y las respuestas casi completas de la entrevista.

-Matrimonios con sentimientos larvados, neurosis, padres que dañan a sus hijos, hermanos que se odian, abandono, culpa, traición, soledad. Hay mucho de eso en estos relatos. ¿El libro es un retrato? ¿De qué?
-El libro no es autobiográfico. Es una ficción. Pero se puede decir que la colección es un retrato de mis peores temores. Algunos escritores dicen que hay que escribir sobre lo que se conoce. Otros escriben sobre lo que quieren descubrir. Mi lema es: "Escribe sobre lo que te asusta". Yo le temo a la muerte. Me preocupan las cosas terribles que les pueden pasar a mis hijos o a mis seres queridos. Mi matrimonio es feliz y saludable, pero alrededor nuestro los matrimonios se derrumban cada año. En resumen, soy un aprensivo. Pienso que escribir mis peores miedos como cuentos sea, tal vez, una manera supersticiosa de mantener a raya al lobo. Si lo escribo, no sucederá. Algo así.

-¿Por qué elegiste "El cielo de los animales" para titular el volumen? 
-El título “El cielo de los animales” está tomado de un poema de James Dickey del mismo nombre. Es uno de mis poemas favoritos, y sentí que ese título (y los temas del poema) resume la sensación y la idea general del libro mejor que los títulos de cualquiera de los otros cuentos de la colección.

-En al menos tres historias se producen cruces de miradas con animales. ¿Qué te pasa a cuando miras a un animal a los ojos? ¿Qué ves?
-Tengo sentimientos hacia los animales. No diría que veo "inocencia", necesariamente, cuando miro a un animal a los ojos, ni "sabiduría". Esos son rasgos humanos que quizás sobreponemos (falsamente) a los animales. Pero, definitivamente, hay algo ahí, algo como amor, en los ojos de ciertos animales. En muchas especies del reino animal, la necesidad de proteger a sus crías se impone a las necesidades de autoconservación. En ese sentido, algunos animales son mejores padres que algunos humanos.

-Los relatos tienen mucha descripción, detalles, son muy visuales, ¿por qué?
-Mis escritores favoritos (Rick Bass, Elizabeth McCracken, Charles D’Ambrosio, Julie Orringer, Melanie Rae Thon, and Karen Russell, sólo por nombrar a algunos) se deleitan en los detalles, especialmente en las descripciones del mundo natural. Me gustan las historias que me permiten ver todo. Cuando leo, quiero sentir como si estuviera viendo una película en mi cabeza. Si no puedo ver las cosas, si los personajes parecen flotar en el espacio, normalmente me decepciono. El lugar es importante para mí. Según yo, nunca tienes demasiadas imágenes concretas o detalles sensoriales.

-Además, si me permites la expresión, en tus relatos hay bastante "artesanía". Juegas con los tiempos, los motivos, las perspectivas, incluso hay un relato en segunda persona. ¿La técnica (el cómo) es tan importante como la historia (el qué)? 
-¡Sí! Yo enseño escritura en la Universidad de Centra Florida, y a menudo ese es el elemento artístico más difícil de manejar para los estudiantes, ese uso del punto de vista. El punto de vista es probablemente la elección más importante cuando comienza una historia. Le da forma a cada aspecto de cómo es escrita la historia, desde la voz que narra hasta el acceso de los lectores a la psicología de los personajes, pasando por las descripciones de lo que ven los personajes. Por ejemplo: escribí "El Hombre Lagarto" en primera persona, en la voz de Dan. Cuando llegó el momento de escribir "El cielo de los animales" [cuento que continúa al primero] yo quería una voz más lírica de la que era capaz Dan, así es que fui con la tercera persona. Eso me permitió darle a la historia el sabor de la voz de Dan y usar también la imagenería y el lirismo en un nivel superior, en un registro del cual Dan sería incapaz. En resumen, a veces quiero contar de manera simple una historia simple, y a veces me divierto más complicando la narración. No pienso que los escritores deban hacer historias súper difíciles o que sean desafiantes para el lector sólo por el hecho de lucirse. Pero, algunas historias se benefician con elecciones artísticas y técnicas más desafiantes.

-¿Eres un lector que escribe o un escritor que lee?
-Soy un lector que escribe. Leía años antes de siquiera considerar ser un escritor. Por años, quise ser un artista visual. Quise ilustrar cómics. Con el tiempo, descubrí que soy mejor con las palabras que con las imágenes. Pero eso tomó algún tiempo. No comencé a escribir seriamente hasta que tuve 24 años, en cambio leía seria y vorazmente desde que tenía 18. ¡Probablemente escribiría más rápido si no estuviera siempre parando para leer un libro!

-Entonces, imagino que lo que lees se "infiltra" en tus textos, ¿cierto? ¿O es algo que hay que evitar?
-No siento que lo que leo infiltre mi escritura. Tal vez un libro más lírico me ponga en un estado de ánimo más lírico por el día. Pero, en general, cada historia en la que trabajo busca una voz clara y consistente, así es que ¡espero que lo que leo no influya en esa voz mientras escribo!

-¿Quiénes son tus influencias y preferencias, dentro o fuera de Estados Unidos?
-Todos los esritores que mencionés arriba son influencias. A esa lista, agregaría a Robinson, Michael Cunningham, Colson Whitehead, Frederick Barthelme, Ethan Canin, Ron Rash, Lorrie Moore, Ron Carlson, ZZ Packer, Chris Adrian, Donald Barthelme, Michael Knight, Jill McCorkle, Denis Johnson, Susan Perabo, Raymond Carver, Flannery O’Connor y Virginia Woolf

-¿Me puedes adelantar algo de la novela que estás escribiendo? 
-Claro. La novela se basa en los protagonistas de "La geometría de la desesperación" de la colección de cuentos. La novela comienza treinta años después. Lisa y Richard tiene dos hijos mayores, y la familia se reúne para pasar una semana en la casa que tiene la familia en un lago de Carolina del Norte, antes de que sea vendida y de que los padres se retiren a Florida. Una tragedia golpea a la comunidad del lago, y esa tragedia repercute a lo largo de la semana y cambia a los personajes para el final de la semana.

-¿Escribir cuentos es un paso previo para escribir novelas?
-Las veo como dos formas muy diferentes. Un cuento es tan trampolín para la novela , como lo es un poema para un cuento. Cada una es una forma única con desafíos únicos. Algunos de nuestros mejores escritores, como Edith Pearlman y la ganadora del Premio Nobel Alice Munro, nunca han escrito una novela. Los cuentos no son rueditas de bicicleta para las novelas. Muchos escritores de ficción son mejores en una forma que en la otra. Espero ser bueno en ambas, ¡pero solo el tiempo lo dirá!