SYLVIA EYZAGUIRRE: "HAY UNA TREMENDA SUBESTIMACIÓN DE LOS JÓVENES, Y DE LOS JÓVENES MÁS VULNERABLES"

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El domingo 11 de septiembre de 2016 publiqué en Artes y Letras el artículo "Una vida sin reflexión no tiene sentido: Hay filosofía en los colegios"; a propósito de la supuesta intención del Mineduc de retirar la asignatura del plan común en tercero medio. Esta es la conversación, casi completa, que tuve con la filósofa Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios Públicos.


—Independientemente de la propuesta del Mineduc, ¿qué te parece la situación actual de la filosofía en los colegios?

—Yo tengo una muy mala opinión de cómo está hoy día la filosofía en el currículum escolar. De hecho, hace un par de años atrás hubo una iniciativa de varios profesores, entre los que me incluí, de hacer una propuesta al Ministerio de Educación para mejorar la formación que se entrega a los jóvenes en el ámbito de la filosofía. Hoy día la filosofía está relegada solamente a tercero y cuarto medio, o sea, a tercero y cuarto medio entre comillas, porque la verdad es que en tercero medio se imparte solamente psicología —más que psicología, en realidad son conceptos de autoayuda— y la filosofía está relegada a cuarto medio. Además, los programas que hay en el Ministerio de Educación son malos.

—¿Por qué?
—Son programas que se preocupan más del contenido, de pasar contenidos que de tratar de inculcar en los alumnos una forma de reflexión que es muy particular de la filosofía, y que tiene que ver justamente con tener esta capacidad o sagacidad de buscar los primeros principios en los distintos ámbitos que a uno le interesen indagar; ponerlos en cuestión, tensionarlos, buscar tesis y antítesis, ¿verdad?, buscar los problemas, las falencias. Yo creo que lo más importante en el cultivo de la filosofía es esa curiosidad por el conocimiento y ese ejercicio de reflexión y de poner en cuestión; más que los contenidos, [más que saber] qué es lo que dijo Séneca, qué es lo que dijo Platón.

—Si ese fuera le perfil del programa, igualmente llega tarde en tercero o cuarto medio.
—Absolutamente, llega tarde y llega solamente para los colegios científico-humanistas. Hoy día la mitad de la matrícula, prácticamente, estudia en los colegios técnico-profesionales, que no tienen esta asignatura que es básica para el desarrollo del pensamiento crítico, reflexivo. Y más allá del pensamiento crítico y reflexivo, también tiene que ver con cuestionarnos sobre nosotros mismos, sobre qué es la felicidad, qué es la sociedad, es decir, es poner en cuestión todo lo que nos han enseñado y tratar de ser un poco más autónomos y seres pensantes. Y eso, la mitad de los jóvenes no lo están teniendo, y la otra mitad de los jóvenes están teniendo un programa que es relativamente malo. 

—Qué crees que se debería hacer para reformar esta situación. 
—Nosotros proponíamos que fuese una asignatura obligatoria a partir de primero medio, primer y segundo medio —con eso tu abarcas a todos los jóvenes que están en el sistema educacional—, y dejarlo como electivo en tercer y cuarto medio. Pero no solamente filosofía como electivo, sino que también tener mucho más cursos electivos, o muchos más espacios de elección en tercero y cuarto medio para que los alumnos, por una parte, puedan elegir las asignaturas que más les interesan, pero además para que puedan realmente profundizar en esas asignaturas. El ejercicio de profundizar en un ámbito del conocimiento exige herramientas exegéticas, hermenéuticas, analíticas mucho más profundas que si tú pasas muy por la superficie los conocimientos. Nosotros proponíamos primero y segundo medio, pero ojalá se pudiera introducir la filosofía antes, mucho antes en el currículum escolar. 

—Y con esta lógica de problematizar, no de meros contenidos.
—Exactamente, de pensar, desde cuestionarse, de cuestionar lo que uno conoce y saber qué es lo que hay ahí de certero. Reflexionar dónde se cae este argumento o cómo lo puedo fortalecer, extremar el pensamiento hasta sus últimas consecuencias; un ejercicio intelectual súper riguroso y profundo.

—Fue en 2001 o 2002 cuando se eliminó la filosofía de los colegios técnico-profesionales, ¿cierto?
—Hubo un retroceso y me acuerdo que Humberto Giannini fue un gran defensor de la filosofía, por así decirlo, pura. Lo que estaba en ese momento en la discusión —o lo que me acuerdo que nos contó Humberto Giannini—, era que los políticos en ese minuto pensaban que la filosofía era una asignatura bastante árida y poco atractiva para los estudiantes, y que era mucho más importante para los alumnos entregarles, prácticamente, manuales de autoayuda, para la autoestima, para el ego, para solucionar problemas más cotidianos. Y yo creo que ahí hay dos problemas: hay una tremenda subestimación de los jóvenes, y de los jóvenes más vulnerables, como si no les fuera a interesar esos temas; y lo otro es que la filosofía no trata con las cosas más allá de la muerte y esotéricas, la filosofía trata con un asuntos de la vida cotidiana. Cuando haces una decisión, muchas veces implica una decisión ética, decidir sobre el bien y del mal; y esa es una decisión donde, en estricto rigor, está la filosofía presente. Entonces temas como el aborto, como el matrimonio homosexual, la desigualdad, etcétera, son temas que se abordan en filosofía. 

—Es una manera de aproximarse a la realidad, no es un contenido.
—Exacto. Además, la felicidad, o quiénes somos nosotros mismos, qué es la belleza, son temas que son tratados por la filosofía, y de una forma muy particular, que yo creo que sin duda en sustantiva de la formación de un ciudadano.
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Por. Juan Rodríguez M.